Marc Compte: «Un comunicador debe formarse, informarse, consumir arte y vivir mucho»

1 junio, 2021
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Marc Compte Pujol se acaba de incorporar a los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC como profesor responsable de varias asignaturas, mayoritariamente relacionadas con la creatividad. Antes fue profesor colaborador. Su recorrido profesional es amplio y diverso: puede hablar de cómo mejorar la experiencia de los pacientes o de cómo crear la marca de un territorio; de cine o de estrategias publicitarias. Aprovechando su reciente incorporación, lo hemos entrevistado para conocerlo un poco más. 

Marc, a lo largo de tu carrera te has formado en muchas de las ramas de la comunicación. Primero fue la licenciatura de Comunicación audiovisual, luego varios másteres, como Dirección cinematográfica, Estrategia y creatividad publicitarias o Administración y dirección de empresas. Y también hiciste un doctorado en estudios avanzados de comunicación. ¿Cómo ha sido este recorrido?

Estudié Comunicación audiovisual por la vocación de comunicar con imágenes. Siempre me gustó mucho dibujar y pintar, y también el cine y las series. Mis profesores de Bachillerato me recomendaron Comunicación Audiovisual por ser una carrera creativa, artística y, quizás, con más salidas que Bellas artes. Una vez dentro, tenía asignaturas de otras disciplinas, como periodismo, publicidad o relaciones públicas, que también me atrajeron. Pero siempre me interesó mucho la parte de cine, así que seguí con el máster de Dirección Cinematográfica de la ESCAC. 

Tiene mucha reputación. 

Tuve magníficos profesores e hice algunos cortometrajes, pero no acababa de encontrar mi sitio, quizás por la inestabilidad del sector en ese momento. Estábamos en 2007 y no era como ahora, que hay muchas plataformas produciendo contenidos de calidad. Hice varios proyectos para televisión… y me surgió la opción de trabajar en una agencia de comunicación. Decidí probarlo. Me encantó el trabajo de planner estratégico. Creí haber encontrado un poco más mi camino.

¿En qué consistía exactamente?

Hacía propuestas para campañas de clientes, fijando las estrategias generales y el concepto creativo. Vi que se me daba bien.

¿Por esa razón estudiaste luego el Máster de Estrategia Publicitaria?

Sí. Noté que me faltaba un conocimiento especializado. Al hacer el máster, la universidad me propuso cursar un doctorado… Y tuve la suerte de poder estar cuatro años dedicándome a la investigación. Un lujo. 

¿Qué investigaste?

Estaba bastante centrado en las relaciones públicas, una disciplina que conocía menos, pero en la que profundicé gracias a grandes maestros. Me centré en el ámbito del patrimonio y de ahí surgió mi interés por el Place Branding, la creación y gestión de marcas de territorio, que posteriormente apliqué como consultor. La investigación siempre me ha dado oportunidades laborales. 

¿Algún ejemplo?

Trabajé junto a otros expertos de la Universidad de Vic en la marca de la comarca del Pla de l’Estany. Fue un proceso muy enriquecedor y tuvimos mucha participación de la comunidad local, que es la clave del éxito. Porque una marca es mucho más que un logo o un eslogan.

A los comunicadores se nos ha multiplicado el trabajo con la pandemia. Hay que publicar más que nunca y del modo más claro posible.

En tu faceta de investigador, llaman también la atención tus estudios sobre la experiencia de los pacientes en el ámbito sanitario.

Fue otra línea de investigación a la que me apunté cuando empecé a trabajar en la Universidad de Vic. Nos centrábamos en pacientes de tercera edad con problemas respiratorios crónicos. Necesitaban un seguimiento, ir al hospital de Vic continuamente. Otra característica es que tenían cierta dificultad de comprensión de determinados mensajes sanitarios. 

Y ahí entran unas buenas estrategias de comunicación…

No solo informar bien, sino acompañar. El personal sanitario se debía implicar para que toda la experiencia de los pacientes, desde que entraban hasta que se iban, fuera adecuada y no se sintieran perdidos. Este trabajo prácticamente está en la fase final, y probablemente los materiales que generamos se puedan testear en otros centros. 

Hablando de salud, ¿la pandemia va a transformar el trabajo de los profesionales de la comunicación?

Creo que nos ha transformado a todos. Y a los comunicadores se nos ha multiplicado el trabajo. Hay que publicar más que nunca y del modo más claro posible. Estamos en lo que se llama un entorno VUCA, que por sus siglas en inglés se refiere a volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Y la comunicación es más importante que nunca. Debemos ser lo más claros y transparentes, tanto externa como internamente. Uno de los grandes descubrimientos de la pandemia ha sido la gran importancia de la comunicación interna, que en algunos casos estaba descuidada. Y externamente, vimos cómo reaccionaban muchas marcas, con mensajes muy similares, repetitivos, al estilo de ‘todos juntos saldremos de esta’.

Se ha hablado mucho de esto, de la necesidad de cambiar el mensaje de venta de productos hacia un mensaje más de servicio a la ciudadanía.

Ya antes. Pero la pandemia seguro que lo ha acelerado. Las marcas se han dado cuenta de que tienen que tener un propósito social, servir a la sociedad. De manera real, no simplemente comercial. Alineando sus objetivos con los ODS. Pero el ciudadano tiene que creerse a esas marcas. Lo que quiere la ciudadanía son acciones, saber que realmente haces lo que dices. 

La mayoría de los estudiantes de la UOC acaban adquiriendo muy pronto la capacidad de autogestionar el tiempo, organizarse, motivarse…

En cuanto a tu faceta de docente, no sé si la pandemia ha tenido algo que ver en el hecho de que, esta primavera, hayas pasado de ser profesor colaborador de la UOC a profesor responsable. 

La pandemia nos ha hecho reflexionar a todos sobre nuestras prioridades. En mi caso, he visto claro que el mundo online ha venido para quedarse. Y creo que la educación online va a ser una norma y no la excepción. En este sentido, ¿quién mejor que la UOC? Además, me gustó cómo la UOC ayudó a otras universidades con la llegada de la pandemia, de manera muy altruista.

Lo que comentabas de los hechos.

Eso son hechos. Desde que empecé como colaborador, la UOC me ha demostrado que su vocación social y de transformación no son solo palabras. 

¿En qué asignaturas te van a encontrar los estudiantes?

Tanto en el grado de Comunicación como en el de Diseño, en asignaturas sobre todo de creatividad. Y también en el Máster universitario de Estrategia y Creatividad en Publicidad y en el Máster universitario en Comunicación corporativa, Protocolo y Eventos.

¿Qué te gustaría que se lleven de ti los estudiantes?

Ahora, como profesor responsable, mi contacto con el estudiante no va a ser tan directo. El contacto es más a través del profesor colaborador. Desde mi experiencia como colaborador, en la que sí que tuve un contacto diario con los estudiantes, creo que lo que se llevan, sobre todo, es el trato personal, familiar, cercano. Lo valoran muchísimo. Puedes ser muy empático trabajando online. En una universidad presencial, lo normal es que veas al profesor una vez por semana. En la UOC, el profesor colaborador siempre está a tu lado. 

Y el hecho de que sea un aprendizaje online y asíncrono, como alumno te obliga a hacerte responsable.

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En caso de que no lo lleven de fábrica, la mayoría de los estudiantes de la UOC acaban adquiriendo muy pronto la capacidad de autogestionar el tiempo, organizarse, motivarse…. Y creo que son competencias fundamentales para la vida y para un mundo donde, cada vez más, va a imperar el teletrabajo. 

Como profesor responsable, ¿cuáles son tus funciones?

El profesor responsable se hace cargo de plantear, revisar y actualizar los contenidos, las actividades, los exámenes… De compartir con los profesores colaboradores nuevas temáticas para favorecer el debate en las aulas… Es una función más de organizar, de supervisar y de asegurar que, en todas las aulas, el estudiante tenga la mejor experiencia formativa posible. Aquí una asignatura puede cursarse en 5, 6 o 7 aulas distintas. La UOC es enorme y esto me ha sorprendido: como profesor colaborador no era consciente de ello. Tenemos más de 100.000 estudiantes. Pero, a pesar de esa globalidad, los alumnos valoran mucho el trato local, cercano. La UOC es un grandísimo ejemplo de universidad glocal. 

Ahora que te dedicas mucho más a la UOC, ¿mantienes tu faceta como consultor y creativo freelance?

Sí, siempre intento no perder del todo esa faceta más conectada con el mundo laboral. Mis prioridades han ido cambiando y en breve seré padre por segunda vez, pero intentaré no dejarlo. 

¿Cómo freelance, estás centrado ahora en algún ámbito concreto?

Por ejemplo, trato con la administración para la creación y gestión de marcas de territorio, como comentaba antes. O creo estrategias o contenidos para marcas agencias que me subcontratan. 

La base de la comunicación es contar historias, y las historias solo se cuentan habiendo vivido antes. 

En cuanto a los contenidos, se habla mucho del gran momento del audio, ya sea por los dispositivos inteligentes, tipo Alexa, o por los podcasts.

El podcast lleva años con un crecimiento imparable, y seguramente con esta pandemia ha terminado de explotar. Sigo pensando que el vídeo todavía es el gran formato con el cual comunicar todo. Pero sí, cualquier organización debería valorar crear podcasts. Aunque no se trata de crear por crear, sino de darte cuenta de qué puedes generar, como experto, que sea de interés y de calidad. 

Otra palabra de moda son los influencers. ¿Son comunicadores? ¿Comerciales?

El mundo de los influencers no deja de ser una evolución del líder de opinión de toda la vida. Para llegar a nuestro público objetivo contamos con públicos intermediarios que nos lo facilitan. Durante mucho tiempo, quizás fue suficiente con los medios de comunicación o con personas influyentes muy formadas o famosas. Lo que es más nuevo es quién influye ahora. Internet ha facilitado que cualquiera pueda llegar a todas partes sin barreras. Si haces contenidos atractivos para una comunidad en concreto, tendrás seguidores. En ese sentido, hay que considerarlos como un habilitador más de nuestro mensaje, que nos puede ayudar a llegar a públicos a los que quizás no llegaríamos de manera más tradicional. 

Para terminar, ¿qué le dirías a un estudiante de comunicación que no sepa muy bien cómo enfocarse?

Que no se preocupe, que la vida da muchas vueltas. Que la experiencia, en prácticas o con contrato, siempre ayuda a avanzar, aunque sea descartando lo que no te gusta. Yo no cambiaría nada de lo que he probado. Incluso hice mis pinitos como periodista. Cada vez hay más hibridación de perfiles y la especialización es importante, pero cuando vas teniendo claro el siguiente paso. Por ejemplo, hice también un máster de administración y gestión de empresas cuando me di cuenta de que, como comunicador, en mi caso, eso era necesario. Y otra cosa. Una de las principales flaquezas que detecto en muchos estudiantes es que no están muy al tanto de lo que sucede y de lo que ha sucedido.

Tú te puedes creer muy creativo… y resulta que, eso que quieres hacer, se ha hecho mil veces. Un comunicador debe formarse, informarse, consumir arte y vivir mucho. Experimentar. Porque la base de la comunicación es contar historias, y las historias solo se cuentan habiendo vivido antes. 

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Autor / Autora
Periodista col·laboradora
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